Valor nutritivo :
Para probar el valor nutritivo de la miel, el profesor M. H. Haydak se sometió voluntariamente el año 1936 a un régimen alimenticio que constaba únicamente de leche de vaca y de miel:
100 gramos de miel por un cuarto de litro de leche. Sus observaciones clínicas fueron las siguientes:
- ningún signo de fatiga,
- facultades mentales normales,
- no hubo pérdida de peso,
- funcionamiento intestinal normal,
- ausencia de proteínas o de azúcares en la orina,
- ligera alza de la tasa de hemoglobina sanguínea,
- algunos signos de deficiencias en vitamina C (compensada añadiendo zumo de naranjas al régimen). Ver vademécum de Vitaminas
A continuación otros investigadores realizaron experiencias similares con grupos relativamente numerosos de voluntarios para sacar las conclusiones pertinentes.
Después de un período de varios meses, un régimen de leche y miel, completado con dosis adecuadas de vitaminas del complejo B, de vitamina C y de yodo, se ha verificado que constituye para el hombre un régimen adecuado sin que presente peligro alguno para su salud.
Otras experiencias comparativas de regímenes alimenticios con o sin miel han llevado a las conclusiones siguientes: la miel facilita la digestión de los demás alimentos y de manera especial la asimilación del calcio y del magnesio.
Además, se ha calculado que 100 gramos de miel equivalen, como valor nutritivo, a cinco huevos, 0,6 litros de leche, 210 gramos de bacalao, tres plátanos, cuatro naranjas, 170 gramos de carne (un aceptable bistec), 120 gramos de nueces y 78 gramos de queso.
Alimento del esfuerzo
El poder calórico de la miel es alto. En efecto, 100 gramos de miel aportan 320 calorías utilizables, mientras que en cantidad igual la leche sólo procura cuatro veces menos, el pescado tres veces menos, y la carne un tercio menos.
Tres cuartas partes del peso de la miel están constituidas por glucosa, levulosa y sacarosa. Estos tres azúcares forman parte de los cinco azúcares usuales (sacarosa, maltosa, lactosa, glucosa y levulosa) que entran en proporción notable en nuestra alimentación diaria, por lo que puede considerarse como un combustible alimenticio muy rentable y económico.
La energía disponible por absorción de la miel puede ser, como hemos subrayado anteriormente, de utilización a la vez rápida y duradera. Esta acción dinamogénica, muy conocida de los púgiles romanos, la han vuelto a descubrir los atletas americanos actuales que toman miel en el entrenamiento (especialmente miel de trébol) ante esfuerzos poderosos y sostenidos, constituyendo el 60 % de su alimentación.
Un médico americano, el doctor John Campbell, consejero científico de una gran sociedad deportiva, al subrayar la importancia de la miel como estimulante cardíaco y muscular, ha hecho una tabla de las dosis recomendables para cada deporte:
-Carrera: entre 15 y 30 gramos (una o dos cucharadas de calé muy llenas), veinte minutos antes de la prueba; la mitad de dosis poco más o menos cada kilómetro.
-Natación: entre 30 y 60 gramos, 30 minutos antes de la salida.
-Fútbol: de 30 a 60 gramos treinta minutos antes de la salida; en el descanso miel con zumo de limón.
-Boxeo: entre 30 y 60 gramos. Treinta minutos antes del combate; para recuperar la debilidad muscular, una cucharada en los minutos de descanso.
-Ciclismo: (Carrera larga): miel en el descanso y durante la carrera.
-Marcha: miel a intervalos regulares en trayecto largo.
La miel está, pues, especialmente indicada en deportes que exigen un esfuerzo prolongado: maratón, natación (fue el alimento reparador que permitió el acontecimiento histórico de la primera travesía a nado del canal de la Mancha realizada por Trudle Ederle),
alpinismo, el vencedor del Everest, sir Edmund Hillary reconoció que la miel le resultó de gran apoyo para este gran éxito)...
La miel mejora el tono muscular de cualquier persona. De hecho este alimento es eficaz contra los temblores seniles debidos a una disminución del tono muscular.
Otro informe de Bee Coast, con la Pureza del Campo y la Energia del Mar...
